Hace tiempo que tenía ganas de contaros algo personal.
Sé que hay muchas personas que siguen este blog que me conocen desde hace años.
Otros me habéis conocido con el tiempo…
Otros aún no me conocéis.
El caso es que, tras un tiempo siendo vegana, me veo en la necesidad de contar lo que llevo dentro
y que creo que no debo callarme.
Cuando era joven, de niña, siempre me enseñaron, como a todos, que comer carne y pescado era lo normal.
De hecho, era lo que había que hacer si no queríais enfermar. Al menos eso era lo que nos contaban a todos.
Hoy por hoy, no quiero sentir rabia, pero me siento bastante estafada.
Por la educación que nos dieron. Por creer que hacía lo correcto (siempre fui muy obediente).
Por creer en una sociedad en la que los humanos nos sentimos superiores,
o te enseñan a creer que eres superior.
Por olvidar a nuestros hermanos, a nuestros semejantes, aunque sean de otra especie.
Eso era lo normal. Eso era lo que había que hacer.
Nunca me paré a pensar en ello… y ahora me avergüenzo.
De pequeña, siempre cocinaba yo en casa. A mi hermana Yoli nunca se le dio bien cocinar.
No comía verduras, me costaba la vida que las comiera!!!
Yo, a los 19 años, empecé a trabajar en un mesón de mi tierra.
Aprendí mucho, cocinaba todo tipo de carnes, pescados, mariscos…
y pensaba eso, que era carne (no un ser sintiente), pescado (no un pez), etc.
Y era lo normal. Y cocinaba para mis amigos, mi familia,
orgullosa de que siempre se iban contentos cuando comían en mi casa.
Y pasaron los años…
Un día, mi hermana Yoli dice que es vegetariana.
Qué curioso, pero sabéis lo que pensé, que mi hermana se iba a morir!!!
Porque no comía nunca frutas y verduras, y no entendía que alguien así se hiciese vegetariano…
El caso es que también me dio qué pensar…
Le pregunté que por qué… Me hablaba de los animales como si fuesen humanos.
Me dijo que vio Earthling y desde entonces supo que debía ser vegetariana.
Y siguió pasando el tiempo…
Pero ¿cómo podía tenerlo tan claro? ¿qué razón le hizo cambiar?
No entendía nada. Mi hermana pasó a comer todo tipo de vegetales, frutas, etc.
Algo que pensé que no haría jamás. Se hacía analíticas y estaba siempre perfecta.
¿Cómo era posible aquello?
A mi me daba pena, con lo buena que estaba la carne, con lo bien que yo cocinaba todo!!!
Qué lástima que ella no pudiera probar mis recetas…
Así que, decidí crear este blog para ayudarla, darle ideas…
Pero mientras lo hacía, esa semilla que ella había sembrado en mi cabeza y en mi corazón,
fue germinando.
Empecé a pensar, mientras me comía un estofado de ternera, en esa ternera…
Para que yo me la comiese, tuvo que morir.
Empecé a pensar en que el pescado, era un pez que sacaron del agua,
y murió para que yo me lo comiera.
Así un día, otro día, otro día… Hasta que no pude comerlos.
Cocinaba, pero me comía la salsa y las patatas o las verduras,
y el resto se lo daba a mi perro, porque yo era incapaz de comérmelos.
Empecé a abrir los ojos, a entender a mi hermana. A entender sus razones.
Decidí que el mes siguiente, me haría vegetariana, pero ovoláctea,
porque los veganos me parecían muy radicales… jeje lo que es la vida!
No pude esperar al mes que viene… Me levanté a la mañana siguiente y me hice ovoláctea.
Creía que estaba bien así, porque me aseguraba que no me faltaban proteínas, y las cosas
que creemos siempre.
Y pasé un tiempo haciendo recetas ovolácteas, pero aprendiendo cada vez más lo que era el veganismo.
Siempre me he considerado una persona coherente.
Y no lo era.
Sentía que no lo era.
Sabía que no lo era.
Y pasó el tiempo. Seguí aprendiendo, informándome.
Conociendo el sufrimiento de las vacas (usadas para nuestro consumo),
de las gallinas, de las ovejas…
Mucha gente cree que una gallina no sufre, que una vaca ha nacido para darnos leche a nosotros
no a sus hijos (como todas las madres en los mamíferos)… que los terneros son separados
de sus madres al nacer y son privados de libertad, de la luz del sol, de la leche materna,
del cariño de una madre… para luego ser sacrificados al poco tiempo de nacer. Que los pollitos
machos son triturados vivos porque «no nos sirven».
Fui descubriendo miles de cosas que no sabía, que no me habían contado, que nadie me había enseñado.
Las palabras como «ganado», «carnicería», etc. empezaron a cobrar un oscuro significado para mi.
Un significado que antes no tenían.
Miraba a mi gran amigo perruno Cas y me di cuenta de que, si se podía querer tanto a un ser de otra especie,
como a un perro, qué diferencia había con otras especies???
No tenía sentido la vida que había llevado.
Nada tenía sentido.
Abrí los ojos a la edad de Cristo, 33 años. Para mi muy tarde.
Hace ya más de un año que me hice vegana. Ser vegano no es sólo una dieta,
como muchos creen. Es una forma de vida basada en el respeto, en la empatía, en la igualdad.
Es la mejor decisión que he tomado en mi vida, aunque repito que demasiado tarde.
Me siento horriblemente mal por no haberme dado cuenta antes 🙁
Comprendo a los que no nos entienden, puesto que yo era igual, muy cerrada, demasiado.
No he conocido a nadie más «carnívoro» que yo.
Y yo he cambiado.
Por justicia.
Siempre estaré inmensamente agradecida a mi hermana Yoli.
Hay seres que están más evolucionados que otros.
A otro nivel.
Ella es uno de esos seres.
Gracias hermana.
Siento haber tardado tanto.
Siento haber pensado que el resto de animales eran para usarlos a mi conveniencia.
No sé cómo se puede vivir sabiendo eso.
Intento remediarlo todos los días de mi vida.
Con mis recetas veganas, sencillas, de mi día a día.
Para ayudar a otros a dar el paso. A abrir los ojos.
A mi me costó mucho. Pero fue una decisión meditada.
Un paso bien dado, sabiendo lo que hacía. Con mucho dolor.
Con mucho sufrimiento. Sufrimiento ajeno que se convirtió en el mío.
Bueno, no os doy más la brasa.
Simplemente tenía ganas de soltar todo eso, disculpadme.
Y ya sabéis que estoy por aquí para lo que necesitéis.
Os mando un abrazo.
Os invito a abrir los ojos, no esperéis tanto como yo…
Que hermoso lo que compartes !
Yo y mi familia estamos iniciando, mi hijo de 7 años nos llevó a la reflexión cuando me preguntó a dónde van los cerditos en los camiones. El darle una respuesta honesta y verdadera, los hizo no querer más comer carne y yo no lo debía obligar, como soy técnico en alimentos, sabía que podía darle proteínas de los vegetales; pero me inspiró su postura. Estoy leyendo y tratando de reorganizarme en conocimientos al preparar los alimentos ¡me encanta cocinar también! Ahora estoy uniéndomes a estupendo blogs como el tuyo de los que estoy aprendiendo muuuucho y gracias por compartir lo que hacen, eso nos enriquece y ayuda a los quequeremos cambiar. Sólo que se me ha dificultado sustituir el huevo,en postres y pasteles, la crema en sopas, el quesoen tostadas, en fin ! Seguiremos en este cambio tan colorido y saludable por amor a todos los animales y a mi familia. ¡Abrazo grandoteee !
Que bonito, se te nota relatándolo desde el corazón!! Yo soy ovolacteo (de momento) y para mi gusto tb desperté demasiado tarde ( a los 35), pero en fin,,,,, al menos podemos decir que algo nos ha hecho salir del circulo vicioso en el que nos meten desde que nacemos.
Espero no tardar mucho en hacerme vegana, ya que los lacteos ya los llevo muy reducidos, y los huevos son del puelo donde vivo,….vamos que veo a las gallinas cuando voy a comprarlos.
En fin,.me alegro mucho por ti, y por mi,..y por todos los que en un momento dado hayan dado o vayan a dar el mejor cambio que les pueden dar a su vida.
Un beso!!
Gracias Rosa, me alegro de que quieras dar el paso! yo es lo mejor que he hecho en mi vida, y bueno, la edad no importa, lo importante es darse cuenta 🙂 un besote!!